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domingo, 7 de febrero de 2021

א San José circuncidado al octavo día y el por qué la Iglesia del siglo I bautizaba a los niños.

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San José circuncidado al octavo día y el por qué la Iglesia del siglo I bautizaba a los niños.

 

“El verdadero judío lo es interiormente: la verdadera circuncisión es del corazón, según el espíritu y no según la letra” (Rm. 2, 29; Cf. Dt. 10, 16; Jr. 4, 4).

 

La vida religiosa y familiar de San José en el marco de las costumbres judías que empieza con el “Brit Milá” (Pacto de circuncisión) es poco contada pero fascinante para poder comprender el judaísmo de Yeshúa (Jesús) del siglo I, revelando así la vida que llevaría Yeshúa y la proyección de lo que sería la Iglesia naciente de Jerusalém y toda la diáspora. Pertenecer al judaísmo empieza desde niño aceptando el “Pacto” entre Dios y el pueblo judío (Gn 17, 11); pero las niñas entraban en la fe judía recibiendo la teviláh o bautismo. Estos datos no están registrados públicamente en el judaísmo pero si en la memoria histórica que se ha transmitido de generación en generación, ya que el judaísmo después del año 70 de la era común buscó desaparecer cualquier vínculo que la conectara con el cristianismo.

 

Un ejemplo claro está en la biblia usada en el siglo I por el judaísmo, la escrita en hebreo y la griega para las comunidades judías de la diáspora. Para el año 100 aproximadamente, el judaísmo decidió cerrar el canon con los escritos hebreos de la “Tanak” y del texto masorético, desligándose de la versión griega, porque lo estaban usando los cristianos de la diáspora para defender su fe contra los ataques de muchos judíos. Por tanto, el documento  más cercano y verdadero que se tiene del judaísmo del siglo I es la biblia cristiana, es decir, el Nuevo Testamento.   Desplegamos las dos caras de la moneda del siglo I, la circuncisión y el bautismo:

 

1.        El niño (hombre)

La circuncisión, circuncisión —del latín circumcīsiō, -ōnis, vocablo compuesto a su vez por circum- ‘alrededor’ y cisio ‘cortar’—, es una operación quirúrgica que consiste en cortar una porción o la totalidad del prepucio del pene humano, en hebreo se le conoce como “Brit Milá” (Pacto de la Circuncisión) cuyo ritual simboliza el pacto que une al judío con Dios y con su pueblo.

 

San José fue circuncidado cuando cumplió ocho días con una fiesta entre la familia y conocidos, ya que había entrado un nuevo miembro al pueblo judío (Lv 12, 1-3) y fue allí donde Jacod su papá le impuso el nombre de “Yosef” (José) completando así formalmente su identidad judía. Esta tradición empezó con Abraham y sus hijos Ismael e Isaac llegando a San José que luego se la trasmitió a su hijo adoptivo Yeshúa pero con una peculiaridad por ser el primogénito le realizaron un ritual especial dándole derechos como el segundo padre en caso de que el padre fallezca y como hermano mayor pudiendo presidir como si fuera el papá teniendo potestad sobre la madre, sobre los hermanos cuando se fueran a casar, manteniendo siempre un hogar judío, costumbre que se extendió entre los judíos creyentes en Yeshúa en el marco de la Tradición apostólica conocida como la “Ecclesia ex circuncisione”, es decir, los llamados “Cristianos Judíos” (Cf. Los Dones y la llamada de Dios son irrevocables 15). A la “Ecclesia ex gentibus” no se les permitió que se circuncidara ya que sólo era una tradición del pueblo judío y no de los gentiles, a los  cuales se les mandó cumplir una leyes rabínicas conocidas como “Leyes noájidas o de Noé” en el Concilio de Jerusalém (Hechos 15). En el marco de la Tradición apostólica existía una Iglesia originada del judaísmo y otra de los gentiles, las cuales juntas constituían la una y sola Iglesia de Jesucristo (Cf. Los Dones y la llamada de Dios son irrevocables 15b).

 

Esta costumbre de Yosef haTzadiq que fue transmitida a su hijo adoptivo Yeshúa se extendió en el tiempo entre los árabes cristianos y judíos católicos después del siglo III - IV  d.C, cuando el cristianismo se separó del judaísmo, a pesar de que eran atacados por sus mismo hermanos cristianos (Cf. San Juan Crisóstomo, “Chrysostom’s Homilies Against the Jews.” Las Homilías de Crisóstomo Contra los Judíos) aunque ellos por ser semitas, la traían de Abraham como una costumbre ancestral. Para el año 1.442 fueron dadas declaraciones en el Concilio de Florencia, porque en la Iglesia Copta, se enseñaba a guardar y observar muchas costumbres judías, sin embargo, estas declaraciones del Concilio, no se deben tomar de una manera que vaya en contra del judío.

 

Lo que se decía en el Concilio de Florencia es “que no se necesita guardar observancias y costumbres judías particulares para salvarse, por tanto, es un pecado mortal” (Bula Cantate Domino, 4 de febrero 1442). Los Coptos, árabes a los que se les dirigió este Concilio siempre han estado de acuerdo que la salvación nos la da Cristo Jesús. Entre tanto, se ve con claridad según estos datos históricos que la pastoral de los Coptos era otra realidad.

 

Estos árabes y algunos judíos católicos siguieron practicando sus costumbres en secreto, llegando a diferentes partes del mundo, recordemos cuando San José fue extranjero en Egipto practicando sus costumbres judías en el anonimato, así sucedió con todos estos semitas. En Venezuela, los árabes están representados en el “Exarcado apostólico Sirio de Venezuela, conocido como la Iglesia de San Jacinto - Maracay, siendo una jurisdicción de la Iglesia Católica Siria sujeta a la Santa Sede. El Párroco de esta Catedral de Nuestra Señora de la Asunción (San Jacinto) el Padre Georges Mousalli, expresó lo siguiente: “La comunidad árabe circuncida a sus hijos no a los ocho días, generalmente lo hace al mes o antes de cumplir los dos meses, en especial los que han nacido aquí. Hay niños – adultos que se han circuncidado tarde, porque no cualquiera puede hacerlo, ya que les cuesta encontrar un médico específico que realice la circuncisión,  de esta manera, siguen conservando la tradición”.

 

 

2.        La niña (mujer).

En el caso de las niñas Judías, estas eran sumergidas en una “mitvé” (piscina) recibiendo la "teviláh", palabra hebrea para inmersión en el agua, en griego se dice βαπτίζειν, (baptizein = sumergir, bautismo) por su mismo  padre en la sinagoga, esto para evitar tocamientos de ajenos.

 

“En la actualidad ya no realizan la teviláh en la mujer, sino una breve reunión del ritual de la bendición de la niña judía dándole la bienvenida al pueblo de Israel. (Audio enviado por WhatsApp por Moshé Tapiero desde Bersheva Israel, 5 de febrero 2021).

 

Ante estos datos históricos, así como los aportes que nos ha brindado el rabino Eliezer Bograd por vía chat de Facebbok el día 5 de febrero 2021 desde Jerusalém Israel, y lo que nos ha suministrado la tradición por la memoria histórica, entendiéndose claramente el mandato de Yeshúa de bautizar a todas las naciones (Cf. Mt 28, 19) empezando en la cultura judía tanto en Jerusalém como en la diáspora, así se recogieron algunos datos contenido en Hechos 16, 11-15.25-34; 18, 8; 10, 47-48; 1 Cor 1, 16.

 

En el Talmud B. Yevamot 56ª confirma los datos suministrados en este estudio: “Dice el rabino Joshua que si un prosélito se sumerge “bautiza – teviláh” pero no es circuncidado esto es válido, debido a que nuestras madres son inmersas pero no circuncidadas”, y esta era la postura de San Pablo por lo cual estuvo luchando para mantener el estatus del gentil dentro del judaísmo: "En él también, ustedes han sido circuncidados, no con una circuncisión hecha por los hombres, sino con la circuncisión hecha por Dios al unirlos a Cristo y despojarlos de su naturaleza pecadora.  Al ser bautizados, ustedes fueron sepultados con Cristo, y fueron también resucitados con él, porque creyeron en el poder de Dios, que lo resucitó” (Col 2, 11-12)

 

Pbro. Aharón Cohen Tapiero (Hernán Díaz). Padre fundador de Mashiaj y Prior General de la Fraternidad Santa María de Sión

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