"La Salvación viene de los judíos" (Juan 4,22) "Al judío primeramente y también a las naciones..." (Romanos 1,16). "En cada Cristiano hay un Judío" (Papa Francisco) "Jesús es Judío y lo será para siempre" (Juan Pablo II)

viernes, 2 de agosto de 2019

La Carta a los Gálatas no es contra los judíos: continuación. III


La Carta a los Gálatas no es contra los judíos: continuación.

III

            Los Gálatas están presentando problemas bien serios y algunos de ellos se mencionan en el Concilio de Jerusalem. El problema de la circuncisión no es nada ante el pecado de idolatría que están retomando. En Hechos de los Apóstoles tratan un asunto que estalló en Antioquía de Siria el cual va dirigido el mensaje ampliamente a todos los Gentiles: “A los hermanos convertidos del paganismo de Antioquía, siria y Cilicia” (Hch 15, 23).

            Lo que se evidencia en Hechos de los Apóstoles capítulo 15, son las actitudes legalistas de muchos judeocristianos que estaban ejerciendo en otros pueblos hacia los Cristianos Gentiles. Mientras están debatiendo el asunto, algunos fariseos que se encontraban allí intervinieron diciendo que era necesario circuncidar a los paganos convertidos y obligarlos a observar la ley de Moisés (Cf. Hch 15, 5). El ambiente se puso más tenso, y decidieron los apóstoles y los ansíanos reunirse aparte para estudiar detalladamente el asunto.

            La conclusión que da el Concilio por boca de Pedro fue lo que creía el judaísmo tradicional (para salvarse primero es el Reino de los Cielos), palabras que repetimos todos los cristianos cuando recitamos el Padrenuestro todos los días; judíos y gentiles son salvos por la persona de Jesús. Ellos conocían muy bien su fe judía y como vemos la “gracia” que se le atribuye a Pablo como una novedad es antiguo y aparece en muchas ocasiones en la Toráh, el Tanak o biblia judía (Antiguo Testamento).

“Al contrario, nosotros creemos que tanto ellos como nosotros hemos sido salvado por la gracia del Señor Jesús” (Hch 15, 11).

            Luego Santiago el hermano del Señor tomó la palabra citando a Amós 9, 11s diciendo que la choza de David había sido reconstruida, es decir, una y única Iglesia compuesta de judíos y gentiles como desde antaño. Y para no imponerles obstáculos a los Cristianos Gentiles propuso imponerles las leyes de Noé o leyes universales:

1.     Que se abstengan de la carne inmolada a los ídolos.
2.     De la sangre.
3.     De los animales estrangulados.
4.     De las relaciones sexuales prohibidas. (Cf. Gn. 9, 1-17; Hch 15, 29; 15, 29; 21, 25).

            Como ven, se enumeran 4 de las 7 leyes y son el reflejo de los pecados de idolatría que vivían los Gálatas y otros pueblos.

            ¿Ahora que nos ofrece el Mashiaj? Redención, Salvación, ser hombres libres en la persona de Jesús el Nazareno. Cuando Pablo se dirige a los Gálatas (que también va dirigida para todos los pueblo), comenta que Jesús se hizo maldición por nosotros por ser colgado en un leño (Cf. Dt 21, 13); fue porque quiso llevar sobre sí todas nuestras maldiciones por no cumplir los mandamientos que Hashem dio a su pueblo para que tuvieran vida. Estas maldiciones están contenidas en la Toráh (Cf. Dt. 28, 15 – 68).

            Yeshúa dio cumplimiento total a la Toráh y así permanecería desde el día de Shavuot (Pentecostés) en nuestras mentes y corazones su Toráh o los mandamientos por medio del Ruaj HaKodesh (Espíritu Santo).

            Será sorprendente para muchos que la Carta a los Gálatas no es contra los judíos, sino para ellos mismos porque se estaban regresando a la idolatría. En el capítulo 4 a los Gálatas surge el tema de ley es decir, leyes mundanas, no se refiere a la Toráh. Por eso que Pablo pone un ejemplo: “Di-s envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley. Para rescatar a los que estaban sometidos a la ley…” (Gál 4, 4-5). Les está diciendo que todos somos hombres libres de las leyes mundanas que nos aparta de Di-s.

            Los Gálatas estaban volviendo a la idolatría, específicamente la llamada “Astrología”, pecado que es mencionado en la Toráh (Cf. Lv. 19, 26).

            Pablo se sentía derrotado pensando que su trabajo había sido en vano. Por tanto, en este pasaje no se trata de fiestas hebreas como muchos lo relacionan, sino del pecado de las prácticas de astrología para consultar los astros y hacer pronósticos de adivinación.

            “Ahora que reconocen a Di-s mejor, que Él los reconoce, ¿por qué se vuelven de nuevo a esos débiles e indigentes poderes?, ¿por qué quieren otra vez volver a venerarlos? ¡Respetar ciertos días, meses, estaciones y años! Francamente me temo haber trabajado inútilmente por ustedes” (Gál 4, 9-11).

CONTINUARA………..

Pbro.: Aharon Cohen Tapiero.

Las fuentes se publicarán al final de la enseñanza.

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