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sábado, 23 de mayo de 2020

Comentario al Evangelio de la Solemnidad de la Ascensión del Señor, Ciclo A.


Comentario al Evangelio de la Solemnidad de la Ascensión del Señor, Ciclo A.

Los talmidim (discípulos) se dirigen, por mandato de Yeshúa, al monte en que Él les indicó, de la misma manera en que Israel fue al monte Sinaí para recibir de Adonai su Torá, además de que el monte es un símbolo muy antiguo de la cercanía con Elohim.

Entonces Yeshúa se les aparece, y los talmidim caen al suelo en adoración, incluso quienes tienen dudas. El hebraísta y arameísta Mariano Herranz Marco cree que hay oscuridad en este pasaje, lo cual es un tecnicismo usado por los especialistas para referirse a un texto poco claro en su forma actual, y ha reconstruido el texto arameo de Mateo, y comprobado que el traductor griego de Mateo se equivocó al confundir algunas letras hebreas del original mateano, y su texto dice: "al verlo, lo adoraron aquellos que antes dudaban..."

Y Yeshúa se acercó a ellos. A pesar de mostrarse ahora con toda su gloria y divinidad, se acerca a ellos y gusta de su compañía. Él es Emmanuel, "Elohim [está] con nosotros". Y les dice solemnemente: "Me ha sido entregada toda autoridad en el cielo y en la tierra..." Yeshúa usa el pasivo divino, es decir, habla de YHVH sin mencionarlo, por lo cual, en realidad, Yeshúa dice: "Adonai me ha entregado toda autoridad en el cielo y en la Tierra..." "Cielos y tierra" es un semitismo que implica todo el universo. Herranz Marco, en su reconstrucción al arameo, escribe: "Toda autoridad me ha sido dado por de nuevo por Adonai", es decir, Yeshúa retoma la gloria divina de la cual se despojó al hacerse hombre...

Cabe también mencionar que la Peshitta aramea, con mucho acierto, añade a continuación: "Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo..."

Y entonces los envía a predicar y bautizar... Estos últimos versículos son riquísimos en semitismos que enriquecen nuestra comprensión del envío de los Sheliajim (Apóstoles).

Les dice: "Vayan las naciones y hagan de sus gentes mis talmidim...". Yeshúa busca, ahora que ha anunciado la salvación a Israel, que los paganos escuchen su mensaje para que abandonen la idolatría y sus prácticas perversas y se incorporen al Israel plenificado de Yeshúa.

Acto seguido instaura el bautismo: "Bautícenlos consagrándoselos al Padre, al Hijo y al Rúaj haQadosh...". ¿Por qué hicimos esta traducción? Porque el texto griego usa el dativo εἰς τὸ ὄνομα (eís tó onoma), que implica una consagración, presente en la Septuaginta, además de que traduce a la perfección el hebreo לשמי (li'shmí= para mi nombre), es decir, consagrar, santificar, reservar, dedicar especialmente para YHVH. Y Yeshúa, con el bautismo, nos consagra, santifica, reserva y dedica especialmente para la Shilush haQadosh (la Santísima Trinidad), que es YHVH mismo...

"Y enséñenles a observar todas las cosas que les he ordenado a ustedes..." Mateo usa el griego τηρέω (tēréō), que implica una observancia religiosa estricta. Sus mandatos son de Adonai mismo, con el mismo valor de la Torá, por lo cual deben ser observados a la perfección, y el bautismo y la catequesis son instituciones divinas. Todo católico tiene derecho a que su fe le sea enseñada y explicada, pero también tiene la obligación de enseñarla y explicarla...

"Sepan que Yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo..." Como explicamos en los comentarios anteriores, Yeshúa se va, pero no se va... Se despide, pero no como los del mundo. Él se queda para siempre acompañando a sus creyentes con su infalible presencia en la Iglesia, en la Eucaristía y en el prójimo, pues "lo que han hecho a mis hermanos pequeños me lo hicieron a mí..."

¿Qué mejor noticia que ésta? Yeshúa, YHVH mismo, nos acompaña aunque no nos demos cuenta, y nos sostiene en nuestras pruebas. Él lo prometió, y sabemos que cumple sus promesas, y nunca ha fallado.

Pidamos a Yeshúa que nos permita experimentar y reconocer siempre su presencia en nuestra vida.

- Abbir ben Ismael.

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