¿Qué implica ser un Apóstol según la mentalidad bíblica?
La figura del שָלִיחַ (Shaliaj) en la Biblia y el Judaísmo es muy importante. Es un representante legal plenipotenciario, con total autoridad de parte de su señor. Ejemplos de Shaliaj encontramos en Eliézer, criado de Abraham, que representa a su patrón en la búsqueda de una mujer para Isaac. También José, hijo de Jacob, se convierte en el representante del faraón al recibir el anillo con el sello del monarca. La tradición rabínica atribuye a Moisés el título de Shaliaj de Dios.
Más adelante, después del exilio, el Shaliaj pasó a convertirse en un representante del Bet Din (Sanedrín), con plena autoridad para dictar sentencias favorables o condenables en ciertas situaciones de parte del Sumo Sacerdote.
Los hacendados y dueños de negocios tenían sus Sheliajim, y en el caso de la parábola de los viñadores asesinos, el hijo del dueño es su Shaliaj, y los obreros perversos lo matan para hacerse con sus sellos, y por ende, con su herencia, pudiendo retirarla del banco con su sello.
Jesús designa a sus doce seguidores más cercanos como Sheliajim en este mismo sentido, dándoles su propia autoridad y poderes:
Marcos 9:37 El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió.
Mateo 18:18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.
Mateo 16:19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Lucas 10:16 El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.
Juan 13:20 De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
Juan 20:23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.
Quien rechazaba al Shaliaj o lo agredía, era como si rechazara o agrediera al amo mismo, lo cual acarreaba penas severas, desde azotes, cárcel, hasta la pena de muerte, dependiendo de la infracción cometida.
A la muerte del Shaliaj, sus poderes eran transferidos por parte del amo o del consejo a otro hombre considerado digno de tan grande responsabilidad, con honestidad e integridad probadas.
Hoy, el sucesor del Shaliaj Shimeón Kefa (el Apóstol Simón Pedro) es Francisco, y le debemos total sujeción y obediencia, pues, quien a él recibe, a Cristo recibe, y quien rechaza a Francisco, rechaza a Cristo.
- Abbir ben Ismael.
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