"La Salvación viene de los judíos" (Juan 4,22) "Al judío primeramente y también a las naciones..." (Romanos 1,16). "En cada Cristiano hay un Judío" (Papa Francisco) "Jesús es Judío y lo será para siempre" (Juan Pablo II)

miércoles, 8 de julio de 2020

EL DERECHO JUDÍO EN LA IGLESIA


EL DERECHO JUDÍO EN LA IGLESIA
Nota: Mostraré todo el libro cuando lo termine

PREÁMBULO
Después del año 70 de la era común, tras la destrucción del Templo de Jerusalem, San Pedro y San Pablo que habían andado por caminos diversos, congregaron la única Iglesia de Jesucristo (Cf. Misal Romano, Prefacio de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo Apóstol). Esta única Iglesia tenía el mismo patrimonio y estaban moldeados en su vida cotidiana por esa misma tradición Judía (Cf. Los Dones y la llamada de Dios son Irrevocables 14), así se menciona que cuando Eleuterio asumió el cargo de Obispo de Roma “Eleuterio I” (175 – 189) declaró que los alimentos impuros del judaísmo quedaban anulados para los cristianos, es decir, los cristianos observaban kashrut hasta el 180 d.c, aproximadamente (Cf. Mario Javier Saban. Causas y consecuencias de la ruptura entre el judaísmo y el cristianismo en el siglo II. Tesis Doctoral en la Universidad de Lleida, 2016 p. 131).

También observaban la pureza ritual, ya que para el año 165 d.c, sobre vino en todo el imperio dos grandes epidemias llamadas la “Peste de Antonia”.  Los cristianos no se enfermaban, más bien aumentaba el número de ellos porque tomaron las medidas de higiene para frenar la epidemia atendiendo a sus enfermos y agonizantes, como también a sus vecinos paganos abandonados por sus familiares (Cf. Aharon Cohen. Netilát Yadáim: un precepto divino 2020 p. 4), es decir, extremaban el lavado de manos (Cf. La Didajé, la Tradición Apostólica, 41).

Pero para el año 80 d.c todo empezó a cambiar progresivamente para la única Iglesia de Jesucristo. En el Evangelio según San Juan 16, 2 comenta: “Los expulsarán de las sinagogas. Incluso más, llegará un tiempo en que el que los mate pensará que está dando culto a Dios”.

Muchos biblistas, teólogos han enseñado que la separación de la Iglesia de la Sinagoga aconteció bruscamente en el siglo I, incluso algunas opiniones del siglo pasado y el presente determinaron que se dio hacia el siglo III o IV (Cf. Los Dones y la llamada de Dios son Irrevocables 16), y que empezó a ejecutarse en el Concilio judío de Yamnia con el “Birkat haMinim” o “Bendición de los Minim”, que en realidad era una maldición que iba acompañada con violencia física (Cf. Talmud de Jerusalem, Misná. Shab. 1,4; Ver. 1,7,3).  Esta bendición lo habían insertado en la oración de Shemoné Esré que se recitaba tres veces al día: “Que los apóstatas no tengan esperanza y que el reino de la maldad sea desarraigada en nuestros días. Que los Notzrim “nazarenos” y los Minim desaparezcan en un abrir y cerrar de ojos. Que sean borrados del libro de los vivos y no sean inscritos con los justos. Bendito seas tú, Adonai, que abates a los orgullosos” (Cf. Genizah del Cairo; D. Flusser. Das Schism zwischen Judentum und christemtum, en EuTn 40, 1980, p. 232).
Esta maldición se dio tras la primera guerra judía contra Roma (66 – 70) d.c persiguiendo a judíos y cristianos judíos y la destrucción del Templo de Jerusalem. Por tanto, los judíos y los cristianos perdieron por parte de Roma la “Lex Lulia de Colegiis”, por eso, que los “apóstatas” se refiere a los judíos que colaboraron con Roma, “el reino de maldad” se refiere al Imperio Romano y los “Notzrim y Minim” se refiere a los Cristianos Judíos.

Al expulsar a los Cristianos Judíos del seno del judaísmo automáticamente quedaban fuera los Cristianos Gentiles, porque ellos estaban bajo el cuidado de la sinagoga de los Cristianos Judíos, es decir, como dijo Pablo refiriéndose a los cristianos “El verdadero judío lo es interiormente” (Romanos 2, 29). Cuando aumentó el número de los Cristianos Gentiles y se agudizaban las polémicas entorno a la figura de Jesús en la Comunidad Judía con los Cristianos Judíos, la separación fue inevitable (Cf. Los Dones y la Llamada de Dios son Irrevocable 16).
Pbro.: Hernán Díaz - Aharon Cohen.

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