Liturgia Eucarística: La berajá
En la
última Cena de Pésaj que Jesús tuvo con los Apóstoles bendijo el Pan y el Vino,
la tradicional berajá que fue aprobada en 1957 por el Papa Juan XXIII para que
la Santa Misa pudiese ser celebrada en idioma hebreo agregando algunas
plegarias propias de la tradición sinagogal judía:
בָּרוּךְ אַתָּה יְיָ, אֱלהֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם
הַמּוֹצִיא לֶחֶם מִן הָאָרֶץ
Baruj
Atáh Adonai Eloheinu Mélej HaOlam HaMotzi Lejem Min HaAretz.
“Bendito seas, Señor, Rey del Universo que haces brotar el pan de la tierra.” (Cf. Ordo Misae. Jerusalém 1975 p. 7; Takanonim de Mashiaj, Hispanoamérica 2019 2,2).
“Bendito seas, Señor, Rey del Universo que haces brotar el pan de la tierra.” (Cf. Ordo Misae. Jerusalém 1975 p. 7; Takanonim de Mashiaj, Hispanoamérica 2019 2,2).
Tal tradición
no solamente la siguen los judíos en “Pesaj” cada año y el “Pesaj semanal” cada
Shabbat, sino que desde el principio lo siguió celebrando el cristianismo hasta
el día de hoy en la Eucaristía.
En el
judaísmo se dice: “Bendito eres, Tú, Eterno, Dios nuestro, Soberano (Rey) del
universo, que extrae (crea) pan de la tierra”.
“Bendito
eres Tú, Eterno, Dios nuestro, Soberano (Rey) del universo, Creador del fruto
de la vid” (Cf. Sidur Bircat Shelomó
Hebreo Español. México, 2001, p.p 259-261; Hagadah de Pesaj: Los Orígenes de la
Eucaristía. Aharon Cohen Tapiero, Venezuela, 2019. P. 15. 38. 40. 51).
En la
Liturgia Eucarística la berajá dice: “Bendito seas, Dios del universo, por este
pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu
generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida”.
“Bendito
seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo
del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para
nosotros bebida de salvación” (Cf. Misal
Romano. Liturgia Eucarística, España 1990 p.p 431-432).
Esta
berajá judía también la dicen los católicos de habla hebreo en Israel y los
hebreos católicos para cada comida del día, siendo ésta una de las primeras
formas: “Bendito seas, Señor nuestro Dios, Rey del universo, que haces salir el
pan de la Tierra. Amén”. Baruj Atáh Adonai Eloheinu Mélej HaOlam HaMotzi
Lejem Min HaAretz.
Berajá es una palabra hebrea que quiere decir “bendición”,
de aquí la palabra “bendito” que en hebreo es “baruj” בָּרוּךְ, cuya
raíz etimológica es “bérej” que significa “rodilla”.
Cuando recitamos una bendición o se bendice nos
arrodillamos ante Dios espiritualmente por proveer nuestro sustento, es decir,
la bendición “berajá” que recitamos baja a nuestros estados de conciencia de lo
que tenemos entre manos “el pan y el vino”, concientizándonos de la presencia
del Señor. Y en el caso de la Liturgia eucarística, el Pan y el Vino se
consagran y
se transforman súbitamente; se transubstancian en el Cuerpo y Sangre del Señor
Jesús, y es donde físicamente nos arrodillamos ante el Rey del universo, que
para los que no puede arrodillarse por impedimento físico deben doblegar su
espíritu para hacer una inclinación profunda.
En cada berajá se deben incluir
cuatro componentes básicos para que sea válido, que en el caso de la Liturgia
Católica las cumple:
“ 1. "baruj”: “bendito” seas,
2. El nombre de Dios: Señor,
3. El reinado de Dios: Dios del universo.
4.
Tema
particular de la berajá: Por este pan. (Este vino). (Cf. Misal Romano. Liturgia Eucaristica 21. 23 p.p 431-432; Oraj Jaim
214:1, con Mishná Berurá).
Los sabios de antaño Ezra y su corte, instituyeron
las bendicones en el año 349 a.e.c y son conocidos como los “Anshei Knéset
HaGuedolá” o los integrantes de la Gran Asamblea (Cf. Talmud, Nedarim 37b; Kidushín 30ª) y
así se conserva en la Liturgia Eucarística.
Pbro.: Hernán Díaz – Aharon Cohen Tapiero
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