"La Salvación viene de los judíos" (Juan 4,22) "Al judío primeramente y también a las naciones..." (Romanos 1,16). "En cada Cristiano hay un Judío" (Papa Francisco) "Jesús es Judío y lo será para siempre" (Juan Pablo II)

viernes, 17 de julio de 2020

Liturgia Eucarística: La berajá


Liturgia Eucarística: La berajá
En la última Cena de Pésaj que Jesús tuvo con los Apóstoles bendijo el Pan y el Vino, la tradicional berajá que fue aprobada en 1957 por el Papa Juan XXIII para que la Santa Misa pudiese ser celebrada en idioma hebreo agregando algunas plegarias propias de la tradición sinagogal judía: 

בָּרוּךְ אַתָּה יְיָ, אֱלהֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם הַמּוֹצִיא לֶחֶם מִן הָאָרֶץ
Baruj Atáh Adonai Eloheinu Mélej HaOlam HaMotzi Lejem Min HaAretz.

“Bendito seas, Señor, Rey del Universo que haces brotar el pan de la tierra.” (Cf. Ordo Misae. Jerusalém 1975 p. 7; Takanonim de Mashiaj, Hispanoamérica 2019 2,2).

Tal tradición no solamente la siguen los judíos en “Pesaj” cada año y el “Pesaj semanal” cada Shabbat, sino que desde el principio lo siguió celebrando el cristianismo hasta el día de hoy en la Eucaristía.

En el judaísmo se dice: “Bendito eres, Tú, Eterno, Dios nuestro, Soberano (Rey) del universo, que extrae (crea) pan de la tierra”.

“Bendito eres Tú, Eterno, Dios nuestro, Soberano (Rey) del universo, Creador del fruto de la vid” (Cf. Sidur Bircat Shelomó Hebreo Español. México, 2001, p.p 259-261; Hagadah de Pesaj: Los Orígenes de la Eucaristía. Aharon Cohen Tapiero, Venezuela, 2019. P. 15. 38. 40. 51).

En la Liturgia Eucarística la berajá dice: “Bendito seas, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida”.
“Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación” (Cf. Misal Romano. Liturgia Eucarística, España 1990 p.p 431-432).

Esta berajá judía también la dicen los católicos de habla hebreo en Israel y los hebreos católicos para cada comida del día, siendo ésta una de las primeras formas: “Bendito seas, Señor nuestro Dios, Rey del universo, que haces salir el pan de la Tierra. Amén”. Baruj Atáh Adonai Eloheinu Mélej HaOlam HaMotzi Lejem Min HaAretz.

Berajá es una palabra hebrea que quiere decir “bendición”, de aquí la palabra “bendito” que en hebreo es “baruj” בָּרוּךְ, cuya raíz etimológica es “bérej” que significa “rodilla”.

Cuando recitamos una bendición o se bendice nos arrodillamos ante Dios espiritualmente por proveer nuestro sustento, es decir, la bendición “berajá” que recitamos baja a nuestros estados de conciencia de lo que tenemos entre manos “el pan y el vino”, concientizándonos de la presencia del Señor. Y en el caso de la Liturgia eucarística, el Pan y el Vino se consagran y se transforman súbitamente; se transubstancian en el Cuerpo y Sangre del Señor Jesús, y es donde físicamente nos arrodillamos ante el Rey del universo, que para los que no puede arrodillarse por impedimento físico deben doblegar su espíritu para hacer una inclinación profunda.

En cada berajá se deben incluir cuatro componentes básicos para que sea válido, que en el caso de la Liturgia Católica las cumple:
“   1. "baruj”: “bendito” seas,
    2. El nombre de Dios: Señor,
    3. El reinado de Dios: Dios del universo.
    4.   Tema particular de la berajá: Por este pan. (Este vino). (Cf. Misal Romano. Liturgia Eucaristica 21. 23 p.p 431-432; Oraj Jaim 214:1, con Mishná Berurá).

Los sabios de antaño Ezra y su corte, instituyeron las bendicones en el año 349 a.e.c y son conocidos como los “Anshei Knéset HaGuedolá” o los integrantes de la Gran Asamblea (Cf. Talmud, Nedarim 37b; Kidushín 30ª) y así se conserva en la Liturgia Eucarística.
Pbro.: Hernán Díaz – Aharon Cohen Tapiero

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