Galacia, la Carta de Pablo. Enfrentamiento entre
Cristianos Judíos y Cristianos Gentiles.
Para desentrañar este problema que
enfrenta la comunidad cristiana de Galacia en su mayoría gentiles, se enfocarán
la Carta de los Hechos de los Apóstoles con la Carta a los Gálatas, para
finalizar con la Carta 1 Corintios donde cada quien deberá cumplir su misión
evangelizadora en el cuerpo místico de Cristo, cada quien en su lugar donde fue
llamado.
Muchos han predicado o hablado de
Pablo como un opositor a la Toráh, expresando que ha sido abolida, inservible u
obsoleta mientras que en II de Timoteo nos dice lo opuesto: “Toda Escritura es
inspirada y útil para enseñar, argumentar, encaminar e instruir en la justicia”.
Los Gálatas habitaban en Galicia y
se asentaban en las ciudades de Licaonia, Iconio, Listra, Derbe y Antioquía de
Pisidia. En todas las ciudades de Galacia había templos dedicado a los dioses y
diosas donde practicaban la idolatría:
1.
La prostitución en la cual se veía en gran escala la perversión sexual.
2.
Se alimentaban de animales sacrificados a los dioses.
3.
Practicaban la gnosis dándole cabida a toda perversión y corrupción moral.
Para adentrarnos en el tema hay que distinguir las dos comunidades
de “los primeros años de la Iglesia, los llamados Cristianos Judíos y los
Cristianos Gentiles, la Ecclesia ex circumcisione y la Ecclesia ex gentibus,
una Iglesia originada del Judaísmo y otra de los Gentiles, las cuales juntas
constituían la una y sola Iglesia de Jesucristo” (Los Dones y la llamada de
Di-s son irrevocables n° 15).
Como se puede apreciar, existía una comunidad
judeocristiana observante de la Toráh (Cf. Hch 2, 46; 21,20) y la otra
procedente del gentilicio (Cf. Hch 13, 46-52). Cuando Pablo se dedica a llevar
el Evangelio a los gentiles va a defender un pluralismo cultural, cuando se
entera que estos Cristianos Gentiles están siendo obligados a guardar algunas
leyes judías como la circuncisión “Brit milá”, la disciplina de alimentación “Kashrút”,
la pureza familia “Tajarát Mishpajá”.
El judaísmo tradicional siempre ha enseñado que el “Brit
milá” circuncisión no salva, y es lo que está dando a entender Pablo a los
Cristianos Gentiles y a un grupo de Cristianos Judíos legalistas. Otro punto,
cuando dice que “por cumplir la ley nadie será justificado” (Cf. Gál 2, 16), es
decir, no se está refiriendo a la Toráh en general sino a algunas leyes como
las ya mencionadas anteriormente y son los puntos que tratará el primer
Concilio de Jerusalem.
Todo judío que
entendía su fe en la Toráh sabía que la circuncisión no salva, sino que primero
se debe aceptar el “Reino de los Cielos” (Cf. Mc 1, 15); Jesús mismo refiriéndose
a él dijo que el Reino de los Cielos había llegado. Por tanto, si crees en
Jesús estás salvo y así el hombre podía vivir los mandamientos del Señor. De esta
manera es que está diciendo que los judíos y gentiles son “justificados no por
observar la ley sino por creer en Jesucristo” (Cf. Gál 2, 16).
En Gálatas 2, 11-14, Pablo se enfrenta a Pedro en
Antioquia de Siria, sobre la actitud legalista frente a la comunidad gentil que
pastoreaba Pablo. El asunto de “ley” aquí es sobre la disciplina de
alimentación “Kashrút”. Las comunidades que pastoreaban Pedro, Santiago Juan seguían una disciplina alimenticia “Kosher”,
mientras que los alimentos de los
gentiles eran considerado impuro “Taref”.
CONTINUARÁ…
Pbro.: Aharon Cohen Tapiero.
Las fuentes se publicarán al
final de la enseñanza.
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