"La Salvación viene de los judíos" (Juan 4,22) "Al judío primeramente y también a las naciones..." (Romanos 1,16). "En cada Cristiano hay un Judío" (Papa Francisco) "Jesús es Judío y lo será para siempre" (Juan Pablo II)

martes, 11 de junio de 2019

LA MUJER ENTORNO AL MASHIAJ.


LA MUJER ENTORNO AL MASHIAJ.
“La Virgen, que estuvo activamente presente en la vida de la Iglesia — en su comienzo (el misterio de la Encarnación), en su fundación (el misterio de Caná y de la Cruz), y en su manifestación (el misterio de Pentecostés)— es una «presencia operante» a través de toda su historia; es más, se encuentra en el «centro de la Iglesia en camino», en la que desarrolla una múltiple función: de cooperación al nacimiento de los fieles a la vida de la gracia, de ejemplaridad en el seguimiento de Cristo, de «mediación materna»”. (Cf. ENCÍCLICA REDEMPTORIS MATER 41-42)

Desde antaño han interpretado los textos bíblicos con diferentes matices, sobre todo el desprecio y la poquedad de la mujer judía en el mundo bíblico. Tal ignorancia sobre la condición femenina a lo largo de la historia ha sido variada y en diferentes estilos de vida en cada época. Han tomado la cultura árabe como presencia del idioma arameo que se conservaba en Siria y que se fue extendiendo a Judea llamada ahora Palestina desde el 135 e.C, aproximadamente. Para el año 636 e.C, Palestina estuvo bajo el domino Islámico que se extendió desde arabia. Es la cultura que conocieron muchos historiadores confundiéndola con la cultura de Jesús “Judía”, por el hecho de decir que Jesús hablaba arameo, volviéndose para muchos una ignorancia supina.

Muchos miran al pasado fehacientemente mostrando que en el mundo actual, la dignidad de la mujer ha sido enaltecida definitivamente. Como en el tiempo bíblico y hoy día se vive la situación de una manera diferente. Siempre ha existido la realeza o la alabanza hacia la mujer (Cf. Proverbios 31, 10-31) por destacarse en una excelente madre y esposa sin perder su carácter que la caracteriza, sabiendo que era marginada a lo que se refiere en participar en algunas actividades religiosas y comunitarias. A pesar de todo esto, existía un trato especial hacia ellas: Devora y Miriam la hermana de Moisés y Aharon y Miriam la Virgen la madre de Jesús como intercesoras e influyentes en sus familias y la comunidad. Rut y  Hannah eran mujeres que mostraban valentía y coraje para liderar a su comunidad. Rebeca y Raquel sobresaliente en mover corazones en función de mantener la unidad en la fe. Es así que siendo una cultura patriarcal se fue gestando la imagen materna y vital para el hombre. Así surgieron las cuatros matriarcas del judaísmo: “Sara, Rebeca, Raquel y Lea” y en el Nuevo Testamento: “La Virgen Miriam”.

Entonces surge la pregunta. Eran las mujeres maltratadas, tratadas como esclavas o un simple objeto, como lo expresan algunos escritores, historiadores y talmudistas? Porque si así es el caso, vamos a entrevistar a la Virgen María y algunas mujeres más del tiempo de Jesús, a ver si sus vidas eran una frustración en su cultura a la que siempre han vivido. No se debe hacer una crítica negativa por el hecho de que la mujer, tanto en el mundo árabe o judío tengan costumbre de usar velo, mantillas o hiyab. En el mundo bíblico la mujer ha sido indispensable y necesaria para el hombre como su mano derecha y viceversa.

Pongamos la imagen de la Virgen María, como una mujer trabajadora líder en las bodas de Canaán. Las mujeres tenían la toma de decisiones y dominio de sí mismo respecto a sus familias. Si algo no marchaba bien y faltaba algo en el hogar o en la comunidad en que habitaban, ellas hablaban y eran escuchas por sus parientes. Y como vemos hoy día ellas gerenciaban y organizaban una fiesta, una reunión siempre con la ayuda de su esposo, hijos o pariente y amigos. (Cf. Juan 2)

Ana la profetiza que acudía al templo día y noche. Muestra que gozaba de prestigio y respeto por los judíos. (Cf. 2, 36-37).

Tenemos otras escenas donde María la Virgen acompañada de sus parientes “hermanos y hermanas” buscan a Jesús. Por qué? Necesitaban de él. (Cf. Lucas 8, 19-21).

Por eso que cuando Di-s crea a Javá “Eva”, es porque el hombre necesitaba ayuda, le faltaba algo, es decir, es la que le da vida a la creación “A su familia, a la comunidad” (Cf. Génesis 3,20). Hombre y mujer se necesitan para llevar a cabo sus funciones entre ellos y hacia la vida. El Talmud expresa unas palabras que vale tanto para el esposo como para la Iglesia. “Ama a tu esposa como a ti mismo y hónrala más que a ti mismo” (Yevanot 62-b).

La mujer fue considerada la educadora por excelencia en el medio familiar, vigilando que se transmita la fe a los hijos y los hijos de sus hijos, el cual sobre salían muchas de ellas por su sabiduría tanto en la biblia como en el talmud. María una mujer sobresaliente en la fe, Bienaventurada tú que has creído” (Lc 1, 45). Conocedora de la Toráh y leyes halágicas recibidas por sus padres y abuelos; el Papa emérito Benedicto XVI, 2009, resaltó las figuras de San Joaquín y Santa Ana, del rol educativo de los abuelos, que en la familia “son depositarios y con frecuencia testimonio de los valores fundamentales de la vida”.  También el Papa Francisco en el 2013 en Río de Janeiro (Brasil) por la Jornada Mundial de la Juventud comentó que “los santos Joaquín y Ana forman parte de esa larga cadena que ha transmitido la fe y el amor de Di-s, en el calor de la familia, hasta María que acogió en su seno al Hijo de Di-s y lo dio al mundo, nos los ha dado a nosotros. ¡Qué precioso es el valor de la familia, como lugar privilegiado para transmitir la fe!”. El motivo para resaltar a María la madre de Jesús en Hechos de los Apóstoles 1, 14 es porque gozaba de santidad, de fe heroica, evangelizadora y por tanto, conocedora y educadora en la Toráh. La única entre las mujeres de la biblia, la única entre las pocas sabias e intelectuales del Talmud (Cf. Avodá Zará 18b). Un ejemplo claro vemos a la mujeres y algunos hombres en la catequesis de adultos en nuestra parroquias donde las madres en su mayoría van guiando a sus hijos hacia la fe “Primera Comunión y la Confirmación”. Un modelo destacado es la Virgen María, educadora en la fe (Cf. Lucas 2,52). Y es esta presencia materna y operante de María en la Iglesia (Cf. REDEMPTORIS MATER 1,25) en la que se llegó a gestar una oración del año 250 e.C, aproximadamente. “Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Di-s, no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita” (Liturgia de la Horas).

            Es sabido que el padre de familia tenía la obligación primera de educar a su hijo, pero implícitamente está diciendo que la mujer por el hecho de traer la vida al mundo tenía la autoridad de educar a su hijo en la fe en el hogar del día a día: “El padre está obligado respecto de su hijo a circuncidarlo, redimirlo, enseñarle la Toráh, desposarlo y enseñarle un oficio. Según algunos, también a enseñarle a nadar” (Talmud, Kidushin 29ª).

            También es sabido que la mujer talmúdica no es igual que la mujer bíblica o del tiempo de Jesús. Corrientemente en el Talmud la mujer es marginada: “El esclavo, las mujeres y los niños están exento al estudio de la Toráh” (Talmud, Sucá 38), mientras que en la Tanak o la Biblia está considerada en tomar decisiones por su sabiduría:

“Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre.” (Proverbios 1,8).
“Hijo mío, guarda el mandamiento de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre” (Proverbios 6,20).
“Palabras de Lemuel, rey de Massá, que le enseñó su madre.” (Proverbios 31,1).

            Entonces, no hay que generalizar, para ello veamos un dato curioso que presenta el Talmud que por un lado denigra a la mujer, mientras que por otro lado exalta a algunas mujeres entre ellas una llamada “Bruria” que vivió en el siglo II e.C, con una personalidad fuerte y firme y llena en sabiduría conocedora de las leyes judías, intelectual y ejemplo de fe. La Mishna dice que los padres enseñaban a sus hijas a leer y escribir para leer y estudiar Toráh. Esta mujer acudía a los debates “halájicos” entre sus familias y otras personas sabias y era alabada por sus interpretaciones. (Cf. Avodá Zará 18b)

Las mujeres entorno a Jesús desde el siglo I, fueron elevadas en dignidad, ya que ocurrían algunas irregularidades que se necesitaban corregir. Está el caso sobre el matrimonio en que Jesús humaniza y protege a la mujer en la cual ella también puede tomar decisión (Cf. Marcos 10, 2-12). La corrupción respecto al dinero que iba destinado para la manutención de las viudas (Cf. Marcos 12,38-40) A pesar de todo esto sobre salía la parte positiva de la cultura de la mujer judía en el tiempo de Jesús. En la Iglesia la mujer sigue en torno al Maestro Jesús:

1.     Mujer de oración y educadora en la fe (Cf. Lucas 2,52).
2.     Mujer intercesora y trabajadora (Cf. Juan 2,3)
3.     Mujer ama de casa y de fe (Cf. Juan 5, 5,43)
4.     Mujer trabajadora y atenta a la escucha de la Palabra de Di-s (Cf. 10, 39-40)
5.     Mujer colaboradora, servidora y gestora de bienes (Cf. Lucas 8, 1-3)
6.     Mujer atenta a las necesidades del prójimo (Cf. Juan 20,16)
7.     Mujer de oración y ayuno (Lucas 2, 36-37).

            Estas son alguna mujeres cercanas al ministerio de Jesús: La Virgen María su madre, La Samaritana, Martha y María, María Magdalena, Juana mujer de Cusa, Susana.

            La mujer en la biblia cuando ellas hablan, se expresan a favor de su pueblo hebreo y en detrimento hacia otros pueblos que los estaban marginando o esclavizando. Está la oración del Magnífica que rezaban muchas mujeres judías por lo favores, milagros concedido a ellas o a su pueblo judío. (Cf. Lucas 1, 46-55).

            Entre tanto, nunca hay que hacer críticas negativas generalizadas de cada cultura específicamente las de Medio Oriente. Una mujer que asuma por cultura o tradición de usar velo en Medio Oriente u otro país, al ver a la mujer que no lo usa podría decir que es una más del montón. Mientras que una mujer fijando la mirada hacia Medio Oriente podría decir que las mujeres están siendo sometidas, maltratas y no las dejan ser bellas. Por tanto la ignorancia es supina.

            En la cultura semita el cubrirse el cabello, era y es para encausar la belleza.  Es el atractivo para el que le pertenece, es decir, dentro del matrimonio. Es para que la mujer sea modesta “Tzniut”, su belleza es visible pero discreta; ella es atractiva pero indisponible. También en muchos lugares el velo simbolizaba un estado de distinción y lujo en lugar de modestia. Mostraba dignidad y superioridad de las mujeres nobles. En la Iglesia Católica existe una tradición antiquísima del uso del velo (Cf. 1 Corintios 11, 1-16), que se ha usado desde la fundación de la Iglesia Católica y en el Código de Derecho Canónico de 1917, canon 1262, obligaba a las mujeres a cubrir sus cabezas “especialmente cuando se aproximan a la mesa sagrada”. Pero a partir del Concilio Vaticano II, muchos creían que el velo, en la Iglesia había sido abrogado cuando editan el Código de Derecho Canónico de 1983. Aquí se dejó en claro que una ley canónica posterior abroga una ley canónica precedente únicamente cuando lo hace explícitamente y que, en caso de duda, la revocación de la ley precedente no debe ser asumida. Por lo tanto, de acuerdo al Código de Derecho Canónico y, a una costumbre inmemorial, las mujeres tienen la obligación, aun hoy en día, de cubrir sus cabezas en presencia del Santísimo Sacramento.

¿Quién puede hallar una mujer virtuosa? Pues es más valiosa que las perlas.
El corazón de su esposo confía en ella y él no carecerá de fortuna.
Retribuye el bien (de su marido) más nunca el daño (que él le haga), todos los días de su vida. Busca con afán la lana y el lino, y sus manos trabajan de buena gana.  Es como los navíos mercantes y trae su sustento desde parajes lejanos.
Se levanta cuando aún es de noche, y proporciona alimento a su hogar y una ración a sus mozas. Vislumbra un prado y lo adquiere, con el fruto de sus manos ella planta una viña. Con vigor se ciñe sus vestimentas y fortalece sus brazos. 

Discierne cuando su actividad es auspiciosa, para que su lámpara no se extinga en la noche. Extiende sus manos en la rueca, y sus palmas sostienen el huso. Abre su mano al pobre y extiende su brazo al menesteroso. No teme por su hogar a causa de la nieve, pues todos sus integrantes se visten con lana carmesí. Hizo lujosos cubrecamas para sí, de lino y lana púrpura son sus ropas.
Su esposo se destaca en las asambleas, al sentarse junto a los sabios de la tierra. Fabrica un manto para venderlo y entrega un cinturón al buhonero.
El poder y la magnificencia son su atavío, ella aguarda el último día con alegría.  Abre la boca con sabiduría, y una lección de benevolencia imparte su lengua. Anticipa los cambios de su hogar, y no come del pan de la pereza.

Sus hijos se levantan y la honran; su marido (también,) y él la alaba:
Muchas hijas han acumulado logros, pero tú las superaste a todas. Falsa es la gracia y vana es la belleza, una mujer temerosa de Di-s, ella es digna de alabanza. Dadle a ella los frutos de su labor y que sus propios hechos la alaben en los portales”. (Proverbios 31,10-31)

Pbro.: Aharon Cohen Tapiero.
En el amor del Mashiaj.

BIBLIOGRAFÍA
Carl Ehrlich. Entender el Judaísmo. (Londre, 2006).

M Orfali. Talmud y cristianismo. Historia y causas de un conflicto.     (Barcelona, 1998).

Neusner J. Introducción a la Mishna. (Londres, 1989).

Nacar Colunga. Sagrada Biblia. (Madrid, 1993).

WILLIAM Card. BAUM. La Virgen maría en la formación intelectual y          espiritual. (Roma, 1988).

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