"La Salvación viene de los judíos" (Juan 4,22) "Al judío primeramente y también a las naciones..." (Romanos 1,16). "En cada Cristiano hay un Judío" (Papa Francisco) "Jesús es Judío y lo será para siempre" (Juan Pablo II)

miércoles, 5 de junio de 2019

EL RABBÍ YESHÚA NO APARECE EN EL TALMUD


EL RABBÍ YESHÚA NO APARECE EN EL TALMUD
“Porque el amor de Di-s consiste en cumplir sus mandamientos, que no son una carga” (1 Jn 5,3; Dt 30,11).

Recordar nos mueve a trabajar en conjunto para hacer las cosas mejores para el bien de todos. Estas breves palabras sobre el Talmud y Jesús es para que Judíos y Católicos “cristianismo” reconozcamos los errores del pasado y proyectemos un futuro donde vivamos mutuamente en hermandad, trabajando por la vida, la creación y la persona humana porque así lo demanda la Toráh, la misma fe en el único Di-s.

En los pasajes talmúdicos aparece en varias ocasiones el nombre de “Yeshu” refiriéndose a Jesús. Pero de acuerdo a un gran número de teólogos, historiadores y talmudistas, entre ellos: Dan Jaffe, Jhon Meier han llegado a la conclusión que esos pasajes no se refieren a Jesús Nazareno, sino a otra persona que se desconoce de su existencia. Por tanto, es posible que estos relatos sean una invención.

Es de saber que después del año 70 tras la destrucción del segundo Templo de Jerusalem, la situación entre Judíos y “Judíos – cristianos” empezaron a cambiar progresivamente. Las relaciones empezaron a fraccionarse cuando los expulsaron de las sinagogas (Cf. Juan 9,22; 12,42), y relaciones entre grupos o personas de la misma fe en el único Di-s, pero en discrepancia entre la persona de Jesús.

Esto significa que antes del año 70 e.C, los “Judíos – cristianos” eran escuchados por sus hermanos judíos no creyentes en Jesús. Aceptaban escuchar las enseñanzas del Rabbí Jesús el Nazareno. Por tanto, a finales del siglo I e.C, la corte rabínica fue alejando de la comunidad a esta corriente entre muchas que existían para evitar su crecimiento hacia otros pueblos. Así se cumplió las palabras de Jesús en el Evangelio de San Juan 16,2: “Los expulsarán de las sinagogas. Incluso más, llegará un tiempo en que el que los mate pensará que está dando culto a Di-s”.

Da dolor hoy día por aquellos “Judíos – cristianos” que fueron tratados indignamente aunque conservaron el vínculo e identidad judía. Pero en el siglo IV, el cristianismo se hizo poderoso como la religión oficial del Imperio Romano y tanto ésta como el judaísmo EXCLUYERON a los “Judíos – cristianos”.

Tales testimonios se encuentran en la patrística dando fe de las maldiciones “Birkat ha-minin” (Maldiciones litúrgicas de autoexclusión) atribuidas hacia los “Judíos – cristianos”. Entre los que testimonian son: Justino, Orígenes, Epifanio de Salamina y Jerónimo. (Cf. M Orfali, Talmud y cristianismo. Historia y causas de un conflicto. Barcelona. 1998, pp. 45-50).

Tal era el odio que existían grupos elites del judaísmo y de los cristianos gentiles ahora como religión oficial del Imperio romano hacia los “Judíos cristianos”. Pero sólo la élite judía buscaba difamar la persona de Jesús Nazareno en la composición de los relatos talmúdicos tardíos, confundiendo a Jesús con varios personajes que existieron o profetas falsos. Nótese que muchos se llamaban Yeshúa “Jesús” o Yehoshúa “Josué” y bajo estos nombres confundieron a nuestro Mashiaj.

Un ejemplo claro es, cuando confunden a Jesús con “Jesús ben Sira” nieto de Sira el antiguo, que llegó a Egipto en el año 132 e.C, y es la época de Josué ben Parahyah. Jesús ben Sira tradujo al griego el libro de su abuelo Ben Sira. (Cf. M Goldstein, Jesus in the Jewish Tradition. Nueva York , 1950, p. 77).

Este ejemplo y muchos más aparecen en el Talmud buscando ridiculizar a Jesús Nazareno en que los “Judíos – cristianos y Cristianos gentiles” vivenciaban su fe en el Mashiaj. El que redactó el Talmud de Jerusalem o de “Palestina” que es el concepto más aceptado porque se recopiló o terminó fue en el siglo IV, no conocieron a Jesús “Yeshúa”, por tanto, tomaron cuentos de camino no fiable desvirtuando todo lo que fue la persona de Jesús el Nazareno, es decir, no hay referencias claras y pruebas de que se refiere a Jesús el Mashiaj.  (Cf. John Meier. Un Judío Marginal. Tomo I. Navarra, 2005. P. 98).

Más el Talmud de Babilonia se escribió en el siglo V en Mesopotamia – Babilonia. (Cf. Carl Ehrlich. Entender el Judaísmo. Londre, 2006. p.p. 42-43).

La historia nos invita a corregir nuestros errores y dar un salto de fe como lo han dado y lo siguen haciendo en este tiempo los Papas y Rabinos. Un trabajo arduo que ha empezado desde la Declaración “Nostra Aetate” del Concilio Vaticano II y que hoy se está llamando “Diálogo Judío Católico”.

Pbro.: Aharon Cohen Tapiero.
En el amor del Malshiaj.



BIBLIOGRAFÍA

M Orfali. Talmud y cristianismo. Historia y causas de un conflicto. (Barcelona, 1998).

Carl Ehrlich. Entender el Judaísmo. (Londre, 2006).

John Meier. Un Judío Marginal. Tomo I. (Navarra, 2005).

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