Los días que pasan. Se nublan los ojos. Las puertas cerradas. Dónde estás que no te veo. Qué hago aquí. Sólo sé, que no comprendo. Por Qué estoy aquí: soledad, oscuridad, abandono, desierto, experimenta mi ser. Dejarlo todo quiero, pero no quiero dejarlo, porque lo quiero a Él. Lucho contra todo mal: tempestad, huracán, tormenta. Caigo pero no quiero. Pero tú fuerza me restablecerá. Por Qué estoy aquí. Por qué no me respondes. Sálvame de este abismo. Tus ángeles me guarden. (Pbro. Aharon cohen. Escrito en 1999).
Las voces silenciosamente quedaron, hasta el viento se apagó, y sólo Di-s brilló. Pronto un sonoro suave se escuchó, era la rubia que habló: ¡Sólo quedo yo! Y al girar, el príncipe le dirigió, unas palabras de amor, ¡sólo tú y yo! Mujer de largos cabellos, dorados como el sol y rostro veloz. De carácter amargo y frágil voz de caminar. Firmeza tienes demás, que sólo cuidarás al andar. Que en cualquier tiempo al delante das se apagará. (Pbro.: Aharon Cohen. Extracto de mi libro: “Desde la India” escrito en 2002).
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YESHUA HAMASHIAJ