Jesús el
Gran Judaizante y no me avergüenzo de él (Marcos 8,38).
Lo más judaizante es el Evangelio del
Padre y es la persona misma de Jesús el Nazareno. “Porque si alguien se
avergüenza de mí y de mis palabras ante esta generación adultera y pecadora,
también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de
su Padre con los santos ángeles” (Marcos 8,38). ¿Cómo hay que mirar el
término judaizante? Hay que mirarlo en las dos caras de una moneda, su “exterior”
(Apariencias) y su “interior” (Corazón). Las dos van estrechamente unidas entre
sí, es una ejad.
Si crees en un solo Señor, debes
mirar lo más importante de esa moneda. Pero hay un problema; si miras una
moneda sólo mirarás la apariencia. Te lo pongo más claro, que vas hacer si
tienes una moneda en la mano, cuál es su fin. Veamos que dice Jesús: “Den,
pues, al césar lo que es del césar y a Elohim lo que es de Elohim” (Mateo 22,21). La moneda le pertenece
al gobierno, por tanto, debes devolverla con impuestos; todo esto es pura
apariencia, pero el fin de esa moneda es solventar, ayudar, invertir para que
el hombre tenga una calidad de vida mejor. Tú le das al cesar lo que es de él y
a Elohim en ayuda humanitaria con esa misma moneda.
Entre tanto, el hombre envuelto en su
ego sigue y seguirá así hasta que en entienda y descubra cual es lo más
importante de esa moneda. Él seguirá abrumado, sumergido cada vez más en el
orgullo, altanería, rebeldía, a pesar, que en frente de sus ojos ha tenido la
respuesta.
Desde el principio han visto y
señalado fehacientemente los términos: judío, hebreo, judaizar, judaizante,
fariseo. ¿Acaso no tiene nada que ver con Jesús? Es judío. Hebreo, judaíza,
judaizante y fariseo, en pocas palabras vino a dar cumplimiento a la Torah.
Cristiano, cristianismo, cristianizar, buscando su origen y la etimología de la
palabra será que no tiene nada que ver con lo dicho anterior?
¿Cuándo vamos a entender el
Evangelio? “Los amó hasta el extremo” (Juan
13,11). No hay nada más que judaizante que este mandato y eso es a lo que
me refiero. “No te fijes en las apariencias ni en su buena estatura. Lo
rechazo. Porque Hashem no ve como los hombres, que ven la apariencia, Él Señor
ve el corazón” (1 Samuel 16,7).
Las apariencias es lo que siempre ha
mirado y buscado una gran mayoría de los seres humanos y por decisiones como
estas nos han llevado a momentos difíciles, en la que se ha generado guerras,
hambre, enfermedad y muerte. Pero Jesús el Gran Judaizante vino a dar
cumplimiento a la Torah y en medio de la discusión ¿cuál es el mandamiento más
importante de los 613 de la ley judía? (Cf.
Mateo 22,36).
Jesús el Mesías nos enseña a mirar al
corazón con estas palabras y es el contenido de la moneda: “Amarás al Señor tu
Elohim con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el
precepto más importante; pero el segundo
es equivalente: Amarás al prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos
dependen la Torah y los profetas” (Mateo 22,37-40; Cf. Deuteronomio 6, 4-9).
El amor nos hará libres y es la persona del Nazareno, Jesús el Rey de los
judíos.
Presbítero Aharon Cohen Tapiero
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