"La Salvación viene de los judíos" (Juan 4,22) "Al judío primeramente y también a las naciones..." (Romanos 1,16). "En cada Cristiano hay un Judío" (Papa Francisco) "Jesús es Judío y lo será para siempre" (Juan Pablo II)

martes, 21 de septiembre de 2021

La Iglesia Católica: una sucá judeocristiana para todo el mundo


La Iglesia Católica: una sucá judeocristiana para todo el mundo

“Mientras permanezca en esta tienda que es la vida…” (2 Pedro 1, 13-18).

 

Este texto de la Tradición apostólica nos recuerda lo que sucedió después de Yom kipúr como se menciona en el Evangelio en sus cuatro redacciones (Cf. Mt 16, 16; Mc 8, 29; Lc 9, 20; Jn 6, 69), sucediendo luego las fiestas de las Tiendas, cabañas “Sucót”, conocido en el evangelio como “La Transfiguración” (Cf. Mt 17; Mc 9; Lc 9)

 

Por su parte “el Evangelio según Juan, el evangelista manifiesta un gran conocimiento del judaísmo, de sus fiestas entre ellas la fiesta de las Tiendas “Sucót”, de sus Escrituras. Reconoce claramente: el valor del patrimonio judío” (Cf. El pueblo judío y sus Escrituras Sagradas en la Biblia cristiana n. 76b).

 

 

También  en Juan 1,14 se utiliza la expresión ἐσκήνωσεν (eskēnōsen= "puso su tienda") para hablar de la encarnación de Jesús, y que dicha expresión viene de σκηνόω (skēnóō) hace juego con el hebreo "shajén", de donde viene la expresión "Shejiná" para mostrar que en la carne de Jesús está Dios presente en su sucá en medio de su pueblo. (Abbir ben Ismael. Mensaje por WhtsApp).

 

 

La Asociación de Católicos con el Carisma Hebraico y Tradición hebrea ha tomado su propia identidad cristiana de la raíz sagrada (Cf. Rm 11, 16-18; Evangelli Gaudium 247), contenida en la Tradición apostólica: guardiana y protectora de las tradiciones hebreas, enseñando a la Iglesia “tesoros de sabiduría que brotan de su encuentro con la Palabra divina. Por eso, la Iglesia también se enriquece cuando recoge los valores del Judaísmo” (Cf. Evangelii Gaudium n. 249ª).

 

Continuando con la 2 Carta de Pedro, los Cristianos Judíos continuaron viviendo sus tradiciones o costumbres hebreas, y en esta recuerda, a través de una catequesis, la fiesta de Sucót: “Los primeros cristianos eran judíos, que normalmente se reunían como parte de la comunidad en la sinagoga, observaban las leyes sobre los alimentos, el sábado, y el requisito de la circuncisión, mientras que al mismo tiempo confesaban a Jesús como el Cristo enviado por Dios para la salvación de Israel y de toda la raza humana” (Los Dones y la llamada de Dios son irrevocables n. 15b).

 

Muchos biblistas y teólogos siguen opinando y enseñando que todo este asunto “judío” terminó en el siglo I. hagamos un paneo en ciertos puntos para llegar al siglo II.

 

El siguiente paneo mostrará paulatinamente la ruptura del cristianismo en el seno del judaísmo sucedido por cuestiones políticas de Judea contra el Imperio Romano:

 

1.         En Jerusalén habían florecido las comunidades de “Cristianos Judíos”, entre ellos se destaca la comunidad dirigida por Santiago, el hermano del Señor, constituida por convertidos del judaísmo y observantes de la Torá (Cf. Hechos 21, 20-24), el cual fue martirizado el año 62, y le sucedió Simón, hijo de Cleofás y familiar de Jesús. Pero tras el conflicto de la Guerra con Roma que estalló en el año 66, estos “Cristianos Judíos” huyeron a diferentes lugares: unos a Pella, otros a Asia, llevándose consigo las costumbres judías.

2.         El Papa Telésforo se encuentra en una lista elaborada por San Ireneo de Lyon en el octavo lugar después de Pedro (125-137), fue asesinado en tiempos del emperador romano Adriano (136-137), pues según el derecho romano,  pertenecía a un grupo judío rebelde. Las consecuencias del delito de su muerte se dan tras la tercera Guerra judía contra el Imperio Romano, liderada por Bar Kojbá (132-135). (Cf. Mario J. Sabán. Consecuencias y ruptura entre el judaísmo y el cristianismo en el siglo II, p. 74). Es decir, murió por estar vinculado directamente al grupo "cristiano" como un movimiento interno en el seno del judaísmo.

3.         Tras el año 177, aproximadamente 48 “cristianos gentiles” sufrieron el martirio en Lyon durante la persecución de Marco Aurelio, el décimo séptimo año de su reinado, por negarse a ingerir alimentos prohibidos por la Torá, es decir, estos mártires siguieron estrictamente el Decreto Apostólico del año 50 del concilio de Jerusalén, donde se aplicaron cuatro de las siete leyes de Noé (Cf. Hechos 15, 21; (Historia eclesiástica. Obra de Eusebio de Cesarea V, 1.4; Eusebio de Cesarea y los mártires cristianos p. 28-29).

4.         Hacia el año (176-177) el Papa Eleuterio suprimió por motivos políticos del decreto apostólico del Concilio de Jerusalém, el cual no se aplicaría más, algunas normas como la pureza  e impureza, las leyes dietéticas de alimentación “kashrut”, ecepto algunas costumbres hebraicas, terminando así con las observancias mínimas que se exigieron a los gentiles. “Y nuevamente afirmó que ningún alimento debe ser repudiado por los cristianos fuertes en su fe, como Dios lo creó, si embargo, que sea sensible y comestible”

(Cf. Wikipedia.org/wiki/Eleuterio; litadepapas.com/papa-san-eleuterio/; slringfiver.com/es/Eleuterio).

 

Según este paneo extrayendo algunos datos relevantes, algunas de las tradiciones hebraicas continuaron hacia el siglo III o IV, mientras se iba modificando también la fecha Pascual del calendario judío.

 

“La separación de la Iglesia de la sinagoga no aconteció bruscamente, incluso según algunas opiniones recientes, solo llegó a terminar cumplidamente hacia el siglo tercero o cuarto. Esto significa que muchos cristianos del primer periodo no veían ninguna contradicción entre vivir de acuerdo con algunos aspectos de la tradición judía y confesar a Jesús como Cristo” (Cf. Los Dones y la llamada de Dios son irrevocables n. 16).

 

El Papa Francisco ha dicho que los cristianos no podemos considerar al judaísmo como una religión ajena (Cf. Evangelii Gaudium 247b), porque nos nutrimos del buen olivo que son los judíos, en la Tradición apostólica.

 

Todos estamos llamados a acoger a nuestro hermano sea de la nación que fuere en nuestra tienda, sucá y servirles con amor, con misericordia. Gracias a este proceso de separación paulatinamente, la Iglesia Católica abrió su tienda, la “sucá”, para recibir a todos los hombres brindándoles misericordia, servicio, amor, perdón cumpliéndose la profecía de Zacarías: “Los supervivientes de todas las naciones que atacaron Jerusalén subirán de año en año a postrarse ante el Rey YHVH Sebaot y a celebrar la fiesta de las Tiendas “Sucót” (Zacarías 14, 16).

 

Seamos una “sucá” de misericordia para la humanidad y puedan ellos adorar al Rey de reyes y Señor de señores, para que la alegría sea plena. ¡Jag Sucot Saméaj!.

 

Pbro.: Aharon Cohen Tapiero – Hernán Díaz

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