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domingo, 30 de agosto de 2020

Comentario al Evangelio del XXII Domingo Ordinario, Ciclo A. Evangelio de Mateo 16,21-27.


 

Comentario al Evangelio del XXII Domingo Ordinario, Ciclo A.
Evangelio de Mateo 16,21-27.
 
Inmediatamente después de haber dejado en claro su condición de Mashíaj (Mesías) gracias a la confesión de Kefa (Pedro), Yeshúa anuncia a sus talmidim (discípulos) algo desconcertante: contrario a la imagen triunfante que maneja Israel del Mashíaj, anuncia que será rechazado por los líderes judíos y asesinado por las autoridades romanas, pero que después resucitará...
 
Kefa, escandalizado, se lo lleva aparte, y le dice que no es necesario que pase por tales vicisitudes, y que no pasará por ellas. Si bien ha confesado la mesianidad de Yeshúa, aún cree en el Mashíaj guerrero invencible del folclore judío, pero es fuertemente amonestado por su Rab (Maestro): "¡Fuera de mi vista, haSatán!, ¡Me estorbas, pues no piensas a la manera de el Eterno, sino como los hombres!..."
 
Muchos interpretan estas palabras de Yeshúa como si Kefa hubiera estado poseído por un demonio, pero no es así, pues el hebreo שטן (Satán) no solo es el nombre de un demonio, sino un adjetivo calificativo que implica "obstaculizar", "estorbar", "ser adverso ". Lo que Yeshúa le dice a Kefa es que su forma de ver su mesianidad es un estorbo para llevar a cabo su misión , pues impide la entrega total de haMashíaj (Cristo), y por tanto, la redención. 
 
Entonces se dirige a los demás talmidim, diciéndoles que aquel que quiera seguirlo, debe renunciar incluso a sí mismo y aceptar la posibilidad real de morir crucificado, pues anunciar la llegada de un reino divino no era bien vista por los romanos en un territorio ocupado por ellos, como lo era Israel, y tales anuncios eran considerados rebeldía política, y ameritaban la muerte por crucifixión.
 
También les advierte que de nada sirve huir para salvar la vida, pues perderá la vida eterna, y que aquellos que pierdan su vida por causa de Yeshúa, vivirá eternamente con Él. Además, ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo, si por sus deleites y distracciones arruina y echa a perder su vida? Nunca podrá recuperar el tiempo perdido...
 
Y les promete que volverá acompañado de sus malajim (ángeles) y rodeado de la gloria del Padre para recompensar a cada uno según su conducta y sus obras...
 
¿Somos fieles cooperadores con Yeshúa y su Iglesia o le estorbamos?
¿Somos capaces de permanecer de pie y con fe en la Iglesia aún cuando no hay buen augurio?
¿Estamos dando a Adonai nuestra vida o la malgastamos en cosas inútiles?
 
Que Hashem nos dé fortaleza y sabiduría para poder seguir a Yeshúa a pesar de todo. 
 
- Abbir ben Ismael.

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