EL FUEGO DEL ESPÍRITU SANTO Y LOS DIEZ MANDAMIENTOS

EL FUEGO DEL  ESPÍRITU SANTO Y LOS DIEZ MANDAMIENTOS

            La Iglesia celebra la festividad de Pentecostés basándose en el capítulo 2 de los Hechos de los Apóstoles. Para poder entender esta escena, hay que verlo desde el contexto de “Shavuot” por lo cual es el término que entendían todos los que se nombran en el capítulo 1 y 2 de este libro.

       Estos dos capítulos nos remontan a Éxodo 19,20 donde Moisés asciende al Monte Sinaí (Cf. Hch. 1, 9-11) y la entrega de los Diez Mandamientos en medio de relámpagos, sonido de trompetas “Shofar” y llamaradas de fuego (Cf. Hch. 2, 1-4). Jesús es el Nuevo Moisés que en su ascensión va a los cielos junto a su Padre para que desde allá enviar la promesa, el Espíritu de Santidad a grabar los Diez Mandamientos no en tablas de piedras sino en los corazones que buscan vivir en la Toráh del Mashiaj (Cf. 2 Cor. 3,3; Hebreos 8, 10; 10, 16; Sal 37, 31; 40, 8; Jer. 32, 39).

       Es únicamente por medio del Espíritu Santo que vamos a vivir su Palabra inscrita en nuestros corazones con sus siete dones y frutos dando testimonio público de la caridad.

       Pentecostés o Shavuot es asociado con la entrega de la Toráh, pero inscrita en el corazón de cada bautizado por medio del Espíritu Santo (Cf. Dt 30,6). Y es así que cada año en la Iglesia Católica el día de Pentecostés se invoca al Espíritu Santo para que renueve la “Palabra de Vida” en nuestros corazones y poder seguir caminando hacia la Jerusalem del cielo en la vivencia de su Toráh “Instrucción” de amar a Di-s y al prójimo.

       Otro detalle e importante que se debe poner al descubierto es la entrada a los gentiles o a las naciones del mundo a la fe en Jesús. Volvemos a remontarnos al Éxodo 19, donde se encontraban no solamente hebreos sino gente de todas las naciones que decidieron seguir la Toráh (Cf. Nm. 11, 4; Lv. 24, 10-14). Hoy día los judíos leen el libro de Rut en las sinagogas el día de Shavuot. Una mujer gentil “moabita” que decidió caminar en la Toráh “Los Diez Mandamientos” (Cf Rut 1, 16), y es a través de ella y su esposo Boaz matrimonio por levirato donde nació Obed. De Obed nació Ishai que fue padre de David el gran Rey de Israel de quien descendió el Mashiaj.  

            Así como nos recuerda a Rut una gentil de entre las naciones y de aquellos que no eran hebreos, que se unieron a la caravana de Moisés hacia el Monte Sinaí con la decisión firme de seguir al Di-s de Israel y muestra de ello nos comenta el texto de Hechos en el capítulo 2, 11 que se encontraban prosélitos. Es decir, las puertas se abrieron el día de Pentecostés para todas las naciones, judíos y gentiles a través de la Iglesia Católica.

Pbro.: Aharon Cohen Tapiero.

En el amor al Mashiaj.