Nuestra
Señora de Sión de la Torá viviente
PATRONA DE LA ASOCIACIÓN DE CATÓLICOS CON EL CARISMA HEBRAICO Y TRADICIÓN HEBREA MASHIAJ.
Ficha Técnica: Autor: José Ángel
Arismendi. Tamaño: 45 cm x 34 cm Técnica: Acrílico sobre madera.
Esta
obra corresponde a una advocación mariana, de Nuestra Señora de Sión, en la que
apreciamos a Nuestra Señora junto al niño Jesús sobre el monte Sión, en donde el
Niño Jesús es representado como la Torá viviente. Así lo establece en “Los
dones y la llamada de Dios son irrevocables” de la Comisión para las relaciones
religiosas con el Judaísmo, Numeral 26. Bíblicamente tiene su sustento en los
siguientes pasajes: Romanos 9, 33; Is 28, 16; 8, 14; 1P 2, 6-8; referidos al
monte: “Yo pongo en Sión una roca, una piedra con la cual tropezarán, el que confíe
en ella, no quedará defraudado”. Es por tal motivo que aparece Jesús junto a su
Madre, en la cúspide de esta roca dando muestra que, aquellos capaces de
depositar su confianza en esta arca de nueva alianza alcanzarán la vida eterna,
pues, Dios Padre a entregado a su Hijo Unigénito por medio de María para ser el
Santo, el Señor todopoderoso. Aquí, observamos que el niño tiene
aproximadamente entre 12 u 13 años, a partir de esta edad los Judíos otorgan a
los jóvenes el acceso a las lecturas, a su vez él sostiene la Torá, lleva
puesto un Talit y los colores de su ropaje representan el naranja el fuego del Espíritu
Santo, que es la Verdad y la túnica blanca como símbolo de la pureza. En cuanto
a la Santísima Virgen María, su manto es azul y la túnica roja que quiere decir
la realeza que ella posee al ser la Madre del Rey de Reyes y Señor de Señores,
la postura de sus manos proviene de Gálatas 4, 4 “Pero cuando se cumplió el
tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, sometido bajo la Ley”, por
ello está detrás de él como signo de su autoridad materna, además el niño tiene
la Ley en su mano. Ambos llevan puesta una corona, según lo canta el Salmo 2, 6
“Yo he consagrado a mi Rey sobre Sión, mi monte Santo”, al igual que en el
Salmo 2,7 y en Hebreos 1, 5. El camino se justifica en Jeremías 50, 5 “Preguntaran
por el camino de Sión y hacia allá irán diciendo: “Vayamos al Señor y unámonos con
él en una alianza eterna, que no se olvide nunca” y en Juan 14, 6. A los lados del
trabajo aparecen unos Ángeles alabándoles entre las nubes como lo plantea
Hebreos 12, 22; “Se han acercado al monte Sión y a la ciudad del Dios viviente,
la Jerusalén celestial y a muchos miles de ángeles reunidos para alabar a Dios”.
Aunado a ello las plantas de olivos en las dos esquinas inferiores del cuadro corresponden
con el Salmo 2, 2; también con 2R 11, 12; 1S 10, 1; 16, 13. Y en Levítico 8, 12
Moisés derrama el aceite sobre la cabeza
de Aarón para consagrarlo como sacerdote al igual que a todos sus descendientes,
asimismo los Reyes eran ungidos con aceite de oliva, ambos estadios presentes
en Jesús, le otorgan los títulos de Sumo y eterno Sacerdote y de Rey. En Éxodo
28, 32, aparece una placa de oro puro, donde está escrito Santidad de Yahvé, en
el cuadro la corona del Niño tiene la inscripción del nombre de Dios o Tetragramaton. Y finalmente
en el libro de Zacarías capítulo 4, él relata la presencia del candelabro con
los olivos.
Recopilación de Textos: Lcdo. José Ángel Arismendi.
Redacción: Lcda. Betsimar Arismendi.
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