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domingo, 6 de septiembre de 2020

Comentario al Evangelio del XXIII Domingo Ordinario, Ciclo A. Evangelio de Mateo 18,15-20.


 

Comentario al Evangelio del XXIII Domingo Ordinario, Ciclo A.
Evangelio de Mateo 18,15-20.
 
 
Yeshúa y sus talmidim (discípulos) se encuentran en Galil (Galilea), y les enseña esta vez sobre la disciplina que debe haber en la Iglesia, que debe ser una base fundamental para la convivencia y la vivencia de la fe en comunidad. 
 
Les dice que si algún cristiano es ofendido o violentado por su hermano de fe, debe ser reprendido a solas por el agraviado según la Torá (Vayiqra/Levítico 19,17), además de que, según el judaísmo, exhibir y avergonzar públicamente a alguien lo hace sonrojarse o palidecer, lo cual es considerado un derramamiento de sangre equivalente a matarlo. 
 
Si el hermano continúa empecinado en su actitud, será necesario hablar con él acompañado de dos o tres testigos de honestidad probada para que den fe de la contumacia del ofensor. Citar a estos testigos ya tiene implicaciones judiciales (Vayiqra 19,15), pues su actitud es nociva para la comunidad, y debe ser juzgado por ella, y todos deben saberlo, y si persiste en su hostilidad, debe ser tratado como si fuera un pagano o un cobrador de impuestos, es decir, alguien indigno de pertenecer a la comunidad... Pero Yeshúa es "amigo de pecadores y cobradores de impuestos", así que se debe tener esperanza de que volverá a la fe, a la mansedumbre, y por tanto, a la comunidad.
 
Y Yeshúa reafirma la autoridad de sus Sheliajim (Apóstoles): "Todo lo que aten en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desaten, quedará desatado en los cielos..." 
 
En el judaísmo, "atar y desatar" es un símbolo de autoridad para legislar, juzgar, permitir, prohibir, aceptar y expulsar. Los Sheliajim tienen toda la autoridad de Yeshúa para proceder con justicia.
 
Posteriormente, les enseña el poder de la oración entre hermanos. 
 
Aquí vuelve a citar "dos o tres", es decir, personas de buen testimonio. Aquello en lo que los dos o tres hermanos estén de acuerdo para orar, su oración será escuchada por el Eterno, y Adonai actuará en su favor. En el judaísmo, se dice que se necesitan como mínimo diez personas mayores de trece años para formar un "minián" o quórum para que un grupo de oración sea válido delante de Hashem, pero para Yeshúa, bastan dos o tres, recordándonos lo que dice el tratado de la Mishná Abot 3,2: "Donde dos o tres judíos meditan juntos la Torá, hacen descender la Shejiná (Presencia) de Adonai..." Y merece mención que uno de los nombres que se le dan a Elohim es "haMaqom", es decir, "el Lugar", que indica su omnipresencia. Hashem mismo es el lugar donde sus fieles se reúnen en su nombre...
 
- Abbir ben Ismael.

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YESHUA HAMASHIAJ