"La Salvación viene de los judíos" (Juan 4,22) "Al judío primeramente y también a las naciones..." (Romanos 1,16). "En cada Cristiano hay un Judío" (Papa Francisco) "Jesús es Judío y lo será para siempre" (Juan Pablo II)

miércoles, 23 de enero de 2019

La Asociación de Católicos de Tradición Hebrea reza el Santo Rosario en su lengua nacional el 28 de cada mes recordando el Día de Jerusalem, יום ירושלים Yom Yerushalayim


La Asociación de Católicos de Tradición Hebrea reza el Santo Rosario en su lengua nacional el 28 de cada mes recordando el Día de Jerusalem, יום ירושלים  Yom Yerushalayim, que hace eco al precepto divino: “¡Rogad por la paz de Jerusalem! ¡Vivan en paz los que te aman!” (Salmo 122,6). Así lo ha manifestado San Juan Pablo II en su visita a Tierra Santa desde el 20 a 26 del año 2000 dirigiéndose primeramente al Gran Mufti de Jerusalem, Ekri Sabri: “Jerusalem es la ciudad más santa y debe ser el centro mundial de la paz”. Luego fue llevado al Hakótel Hama araví el cual lo recibió el rabino Michael Melchior donde dijo: “Si no hay paz en Jerusalem no habrá paz en el resto del mundo” y en la Exhortación post-sinodal Ecclesia in Asia, n. 9: “La paz en la región e incluso en el mundo, depende en gran medida de la reconciliación y de la paz por largo tiempo ausente en Jerusalem”. La Comunidad Mashiaj tiene certeza que el Mashiaj trae paz “Shalom” cada vez que meditamos los Misterios del Santo Rosario y el mal queda derrotado “Y el Di-s de la paz aplastará pronto a Satanás bajo vuestros pies” (Romanos 16,20). Más el Papa Francisco lo confirma en nuestro tiempo: “Os invito a orar para que la Ciudad Santa, querida por judíos, cristianos y musulmanes, que en los últimos días ha sido testigo de numerosas tensiones, pueda ser un signo de  la paz que Di-s desea para toda la familia humana” (Papa Francisco, en el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro del Vaticano, con motivo del día de Todos los Santos).
Orar por la paz de Jerusalem es orar por la paz mundial. Si oramos y amamos a la Jerualem física lo hacemos  por toda las naciones a la cual están llamadas a la Jerusalem del cielo. San Juan lo dejó bien claro: “Si uno dice que ama a Di-s mientras odia a su hermano, miente; porque si no ama al hermano a quien ve, no puede amar a Di-s a quien no ve. Y el mandato que nos dio es que quien ama a Di-s ame también a su hermano” (1 Juan 4,20-21).
En el Catecismo de la Iglesia Católica en sus numerales 2302 al 2317 trata sobre “La defensa de la paz” el cual indica que Jesús pide la paz del corazón. Esto nos recuerda que Él mismo nos la da en Jerusalem para todas las naciones “La paz les dejo, les doy mi paz, y no como la da el mundo” (Juan 14,27). En la Eucaristía se dice desde Jerusalem las palabras propia del Señor para toda la humanidad.
Pbro.: Aharon Cohen Tapiero. RENOVANDO NUESTROS ESTATUTOS CONFORME A LA SANA DOCTRINA DE LA IGLESIA CATÓLICA.

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